En 2004 nació la obra Todos somos putas, una
creación de la agrupación El Teatro Vive, escrita y dirigida por Luis Eduardo
Jiménez, director del grupo. Desde entonces varios lugares del país han vibrado
con cada línea, cada luz, cada actuación y el montaje audiovisual de la obra.
“El texto es escrito en 2004, después de observar cómo el
panorama mundial contemporáneo impone discursos, formas de pensar, guerras e
invasiones con el pretexto de liquidar a quienes las potencias han llamado ‘terroristas’.
Para el caso colombiano, después del estallido social que vivimos, diríamos que
es a quienes el Gobierno denomina ‘vándalos’. La obra se reinventa con los
días”, afirma su director Luis Eduardo Jiménez.
La obra es escrita un año después de que Estados Unidos
invadiera Irak y durante la seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe
Vélez. En ese contexto de invasiones, violación a los Derechos Humanos y
traiciones políticas, palabras como ‘puta’ y ‘penetración’ adquieren
significados, o son usadas, para describir la situación de la sociedad.
“Esta puesta en escena comienza cuando una prostituta ronda
por las calles buscando el dinero de sus clientes. Hoy el cliente es el mismo
público que, más que espectador, entra a hacer parte de la gran relación de
dominación o sometimiento. Él público, además, es desnudado a través de las
escandalosas imágenes del videoarte para encontrarse cuerpo a cuerpo en la vida
política del mundo actual”, indica el director.
Como lo dice su director, uno de los elementos estéticos
que introduce la obra, es el trabajo audiovisual. Desde 2004, diferentes
presidentes estadounidenses han pasado por el videoarte.
“En 2004 comenzamos realizando el video, cada segundo,
montándolo de VHS a VHS, obviamente se apreciaba la línea típica que queda
después ese machetazo en la edición, sin embargo, al final parecía que hacía
parte de la estética. Con el tiempo logramos acceder a la tecnología digital.
Por el video han pasado Bush, Obama y Trump. Ahora tendrá su turno Biden y,
como elemento adicional, la paz traicionada por el Gobierno colombiano”, nos
cuenta Alexander Escobar, realizador del videoarte.
Todos somos putas es un trabajo que a pesar de
los años continúa moviendo las fibras del público. Muchos años más le esperan
porque a cada año su vigencia, su estética y contenido no dejan de gustar e
impresionar.
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