Proyecto ganador de la Beca
de formación artística, en el área de literatura, del Programa Nacional de
Estímulos Portafolio 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los
Saberes.
EL PERIODISMO LITERARIO EN PALMIRA
En 2020 comienza esta
aventura, en plena pandemia, en la ciudad de Palmira. Para ese momento el
proceso de formación, que estaba pensado para la presencialidad, debió adaptarse,
sin ninguna opción, para la virtualidad.
Ese año el proyecto tuvo
por nombre Memoria y saberes con voz de juventud, y fue ganador
de la convocatoria del programa de concertación de la Secretaría de Cultura de
Palmira. Esta fue la primera experiencia de formación en periodismo literario trabajada
con jóvenes en el municipio.
Más de cuatro años han
pasado. Y el mundo está dominado por las pantallas, sobre todo por las más
pequeñas, las de los teléfonos móviles. Pero somos tercos. Ante tal dominación,
no paramos de fomentar la escritura.
Polemizar con el mundo de
la imagen, el audiovisual, nunca fue un propósito; solo que es innegable que
las pantallas emergen como un antagonista que nos aleja de nuestro
objetivo, pues estamos inmersos en la inmediatez de videos de 5 o 10 segundos
que forman un público sin tiempo para la pausa.
Las pantallas se alimentan
de la prisa; si antes un minuto era un tiempo demasiado corto, ahora nos
moldearon para verle como una eternidad, como un tiempo obsoleto para las redes
sociales. De este modo hicieron que la vida, vivirla, aparezca con fecha de
vencimiento, porque la risa o la tragedia de hoy termina olvidada por los
segundos del nuevo video que desplaza las cosas, las personas y las emociones del
día anterior.
Edificaron una sociedad
adicta a lo inmediato, a la velocidad que borra la pausa y la reflexión, y que
mata la memoria en todos los ámbitos, desde la memoria histórica, la social,
hasta la que desarrollamos para los procesos más básicos de lo cotidiano.
Avanzamos en picada, entre videos de 10 segundos, hacia las pantallas que nos secuestran
y convierten en una sociedad con memoria desechable.
Por eso nos mueve la
terquedad, una de pausas prolongadas donde fomentamos la escritura. Y bueno,
cuatro años después, entonces volvimos con otro proyecto: El periodismo
literario llegó a la clase, el cual desarrollamos en las instituciones
educativas Cárdenas Mirriñao y la Sagrada Familia de Palmira.
Este nuevo proceso de formación
llegó después de ser uno de los ganadores de la Beca de formación
artística, en el área de literatura, del Programa Nacional de Estímulos
Portafolio 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
La estética, los géneros periodísticos, la noticia, la entrevista, la crónica y el periodismo literario fueron los temas abordados, y que hoy nos brinda un trabajo final de jóvenes que hicieron una pausa, y reflexionaron sobre su entorno para obsequiarnos un trabajo realizado en muy corto tiempo, donde encontramos las inquietudes que despierta la escritura.
Ver materializado este
escrito es razón suficiente, una bella razón, para continuar con tanta
terquedad. Sin embargo, El Periodismo Literario llegó a la clase tuvo
otras razones para su formulación.
Como ya lo mencionamos, la
fascinación por los contenidos audiovisuales, y pantallas de todo tipo, deja en
desventaja a la tradición escrita, la cual, al no contar con procesos y
dinámicas motivadoras articuladas al sistema educativo (básica primaria y
secundaria), pareciera estar destinada a un grupo selecto de personas, o a una
comunidad reducida amante de la lectura y la escritura.
Pero también hay otro
problema, uno de enfoque de la política pública cultural, que no es otro que la
poca inversión que obtienen procesos de formación cuya metodología y pedagogía
está diseñada para atender pequeños grupos de personas, pues esto les convierte
en algo poco vistoso al no proporcionar números altos de población atendida
para presentar en indicadores de resultados dentro de la gestión pública. Por
tanto, procesos de formación cuya afluencia de “público” es muy limitada,
debido a que se desarrollan a partir de metodologías personalizadas, terminan
teniendo poco apoyo.
Por lo regular, las
iniciativas de formación han quedado relegadas a las agendas académicas que
incluyen talleres y procesos de formación dentro de festivales de un fin de
semana. Si bien es cierto que esto logra cumplir objetivos y algunas metas,
también es claro que estos procesos se desarrollarían mejor con un cronograma
más elaborado en el tiempo, sin las premuras de cumplir agendas de festivales
que no permiten pausas para evaluar avances y realizar seguimiento, por
ejemplo, de forma semanal.
Pensando en todo lo
anterior, surgió la propuesta de El Periodismo Literario llegó a la clase,
un proyecto enfocado a fortalecer procesos de escritura a partir de las
estructuras del periodismo escrito, y aprovechando las bondades que ofrece para
trabajar géneros narrativos como la crónica bajo la tutela del periodismo
literario (1).
Por ello, es una fortuna
que el Ministerio de las Culturas del actual Gobierno Nacional haya puesto su
mirada en esta iniciativa, máxime cuando en muchos municipios la inversión en
cultura está siendo priorizada para los espectáculos masivos, mientras que los
procesos de formación son relegados por ser de largo aliento y poco visibles
para la propaganda política.
En este sentido, centrar
la mirada en la inclusión de procesos de formación enfocados al sistema
educativo, del mismo modo que se da espacio a actividades y eventos artísticos,
resulta dar un giro importante en cómo se concibe la política cultural.
Es de celebrar y agradecer
al Ministerio de las Culturas por esta importante beca, que además de permitirnos
socializar los resultados, también nos permite compartir la experiencia del
proceso de formación representada en los seis módulos diseñados para los
talleres, los cuales publicamos buscando contribuir al dialogo de saberes y
metodologías para el fomento de la escritura. Son cortos y sencillos, pero
llevan consigo la extensión de muchos corazones.
Por: Alexander Escobar
Alexander
Escobar
Director
Taller de Periodismo
(1) Julio
César Londoño, reconocido escritor palmirano y director de talleres de
escritura, nos recuerda que “el Periodismo Literario es una manera de abordar
la crónica que comenzó a tomar forma en los Estados Unidos entre los 50 y los
60. Se caracterizó por la adopción de un ángulo subjetivo en el enfoque de los
sucesos y un tratamiento literario en su redacción. En adelante la narrativa,
esa chica alocada, sería bien recibida en las adustas salas de redacción”.
(Revista El Clavo, Edición 44, 2009)
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