Bienvenidos y bienvenidas
a esta nueva clase de El periodismo literario llegó a la clase.
En esta oportunidad veremos la crónica. Y empezaremos diciendo que, aunque
nacida en manos de historiadores, la crónica fue tomada por el periodismo para
introducir descripciones más amenas de los hechos, brindándonos elementos que
permiten desarrollar toda nuestra creatividad para plasmar interpretaciones
sobre lo que estamos dando a conocer.
Al igual que en el género
de opinión, como es el caso del artículo, en la crónica es fundamental el
estilo, la estética, la forma y su relación con el contenido.
La crónica no es
simplemente una descripción de sucesos o hechos de inicio a fin según su orden
de aparición, es decir, no basta enunciarlos en forma cronológica. No solo se
trata de contar los hechos del 1 al 5, o al 6, o al 7, en la medida que fueron
sucediendo. Lo que buscamos es saber cómo se llegó al suceso 1, y cómo de éste
se pasó al siguiente, con lujo de detalles y con un estilo ameno, pero evitando
redundar en detalles innecesarios, cursis o comunes, o comparaciones jartas
tipo poema que no se cansa de igualar a las mujeres con flores. Se trata,
entonces, de darle vida a detalles comunes que, dependiendo de cómo se
escriban, toman relevancia.
Veamos un ejemplo.
Imaginemos que escribimos los detalles para el caso de un periodista que se
dirige a una entrevista.
REDACCIÓN BÁSICA:
“Al salir de casa, el taxi me esperaba.
Lo abordé y me fui a realizar la entrevista”
REDACCIÓN MÁS
ELABORADA:
“Minutos antes del encuentro, afuera de
casa el taxi pitaba molestamente, como si por pitar le pagaran. Ese ruido
agudizaba mi gastritis, acosándome para salir. Pero la puerta, cuya chapa
estaba recién cambiada, me obligó a regresar al cuarto para recoger la nueva
llave. La introduje en mi llavero de Los Simpson para nunca volverla a olvidar,
y listo, sorteado el problema.
Lo primero que encontré al atravesar la
puerta fue un cielo de colores propios de las escenas de manga japonesa, rojos
y amarillos que solo se ven en los atardeceres de mi ciudad. El taxista se veía
impaciente, pero se calmó cuando por fin cerré la puerta del carro que me
llevaría a encontrarme con quien, por varios años, buscaba infructuosamente
para entrevistar”.
Como vemos, el estilo (la
forma, la estética) es esencial si queremos hacer de la crónica algo que vaya
más allá de la enunciación de sucesos y hechos. Es el estilo aquello que nos
permite enganchar al lector y darle ritmo a nuestra escrito.
Como en todos los géneros
periodísticos, siempre el titular y el primer párrafo (lead) serán
fundamentales, del mismo modo que la estructura de pirámide invertida
constituye una guía importante, aunque no definitiva ni única, a la hora de
escribir. También será importante estructurarlo pensando en tres momentos: una introducción,
un desarrollo y un cierre. Todos estos elementos siempre estarán presentantes,
como un duendecillo hablándonos al oído, alguien con quien estaremos dialogando
constantemente cada vez que escribamos.
Para la crónica habrá que
encontrar un buen título que haga referencia al tema que estamos tratando. Por
lo regular, debe utilizarse lo que se conoce como título apelativo, el cual se
ocupa de lo más llamativo, interesante o sorprendente del texto que estamos
trabajando. No obstante, tú sabrás qué tipo de título utilizar después de
dedicar horas, días, semanas y quizá meses a tus escritos.
En cuanto al primer
párrafo, recordemos que éste también es primordial, y se encarga de producir la
magia: generar interés en el lector. Para ello no debemos quedarnos cortos en
esfuerzos a la hora de tratar de atrapar el público. Exagerar un poco, usar
alguito de especulación, e imprimir un buen ritmo a la escritura, nunca estarán
de más.
Teniendo en cuenta lo
anterior, escribamos entonces el primer párrafo para la descripción que
trabajamos en líneas anteriores:
“Nadie puede imaginar los obstáculos que
pueden retrasar una entrevista que has esperado por años. Lluvia, una rueda
pinchada, o una llamada telefónica de última hora, son cosas que pueden pasar.
Pero mi caso es distinto. Mi retraso se dio por algo insólito y absurdo a la
vez: un maldito cambio de chapa. Me sucedió esta semana, cuando pedí el
servicio de taxi a domicilio”.
Del primer párrafo se
espera que sea como los ojos de alguien que te mira y lanza un conjuro, que te
atrapa, intriga e invita a querer conocerle, aunque las condiciones sean
adversas para hacerlo. El primer párrafo debe ser aquello que secuestra la
atención de forma voluntaria.
Ahora bien, hemos dicho
que la crónica describe los sucesos en orden (1, 2, 3, etc.), sin embargo, esto
no es del todo cierto. Al igual que en una película, la forma como se narran
los hechos puede variar en su orden. La libertad de estilo te permite alterar
la secuencia de los acontecimientos. Un claro ejemplo lo constituye
Crónica de una muerte anunciada (1981), novela de Gabriel García
Márquez basada en hechos reales que, empleando elementos de la crónica, inicia
dando a conocer el desenlace: la muerte de Santiago Nasar. Aquí Márquez inicia
contándonos el último suceso, diciéndonos que Santiago Nasar muere al final.
Sigamos experimentando.
Cambiemos el primer párrafo y démosle un inicio tipo Crónica de una
muerte anunciada, dando al conocer el final, en un supuesto de que la
entrevista jamás logró concretarse.
“Nada puede explicar la tragedia de no
lograr la entrevista que has esperado por años. Son sucesos tan impactantes y
ridículos que, ahora que los cuento, parecieran previsibles y superables. No
obstante, es fácil opinar cuando no eres el protagonista de los hechos, cuando
no tienes que tomar decisiones en medio de la angustia y desventaja del azar.
Esta tonta tragedia empezó la mañana de un domingo, muy temprano, cuando
solicité un taxi a domicilio”.
ACTIVIDAD
1. En máximo dos párrafos, escribe cómo
fue tu día: desde salir de tu casa hasta llegar al taller de periodismo. Aplica
todo lo que has visto en esta clase.
Por: Alexander Escobar
* Proyecto ganador de la
Beca de formación artística, en el área de literatura, del Programa Nacional de
Estímulos Portafolio 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los
Saberes.
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